Lunes 16 de Diciembre de 1957

Es como si me hubieran amputado la sangre.
Alzarse en la noche con un puñal en la mano y devastar el país de los sueños. De aquellos sueños divorciados de la realidad.
Y sobre todo una gran vergüenza, no sólo de ser yo, sino, simplemente, de ser. Vergüenza de vivir o de morir. También estaré avergonzada cuando me muera. Seré una gran muerta inhibida.
¿Posibilidades de vivir? Sí, hay una. Es una hoja en blanco, es despeñarme sobre el papel, es salir fuera de mí misma y viajar en una hoja en blanco.

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