Jueves 14 de Noviembre de 1957

No se puede echar dos veces la misma carta en un buzón.
El ocio no existe. Sólo hay esta cuestión: tener o no tener deseos de vivir... y de morir. Una vez comprendido esto o se quiere más vida o se desea la muerte. Lo curioso resulta cuando el mundo se opone a mi sed de más vida, entonces me voy al otro extremo, a la muerte. Pero tampoco ella me hospeda. ¿La solución? Sí, hay una, hay un arrancarse de raíz todo ímpetu, todo frenesí, hay un disfrazarse de monja a pesar suyo, hay, en suma, un hacer la plancha en las aguas de la vida.
Un loco desflora a una flor. La flor da a luz una muchacha y luego muere. La muchacha queda herida por una carencia innombrable que aumenta hasta la locura cuando se enamora del león más inteligente de la selva. (El león es una especie de sr. Nadie disfrazado de Todo... o viceversa.)
Vagidos, llanto. Y un estar siempre al borde de, pero nunca en el centro.
Anhelos de lo anhelado, de lo jamás anhelado.
Hermana estrella: soy Alejandra. Buenas noches.

Un pájaro sale a buscar la inocencia y vuelve muerto debajo de sus alas. Campanas en los bolsillos de la noche.

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