31 de Agosto de 1955

10 h.

Anoche soñé que estallaba una revolución.12

Despierto y mi madre me dice que hay serios disturbios políticos. Pienso en mi sueño (¿premonitorio?). No he leído los periódicos desde la última hecatombe fechada en 16 de junio. Tampoco he querido oír los comentarios de mis compañeros. ¿A qué se debe pues este sueño mío? No sé...

¡Maldito encierro! Este suceso retrasa la impresión de mi libro.

¿Qué haré hoy?

Creo que volveré a Proust. Su mundo de princesas y duquesas es ideal para apartarse de esta masa llena de miedo y proyectos sangrientos.

Viene mi tía. Masoquísticamente, habla de Hitler y del antisemitismo. La tranquilizo. ¡Siempre con lo mismo! Estos días, Dormusch me «obligó» a tomar un poco de consciencia sobre mi condición de judía. Lo hago a pesar mío. ¡Si sólo fuera eso! Mi angustia no permite lamentos intrusos. Exteriormente, me siento fuerte, capaz de soportar cualquier cosa. Si me asesinan, ¡tanto peor! ¡Si no lo hacen, tanto mejor! ¿Verdad, A. Gide?


12. La así llamada Revolución Libertadora que derrocó a Juan Domin go Perón en 1955.

1 comentario: