Domingo 24 de Noviembre de 1957

Desalentada por mi poesía. Abortos, nada más. Ahora sé que cada poema debe ser causado por un absoluto escándalo en la sangre. No se puede escribir con la imaginación sola o con el intelecto solo; es menester que el sexo y la infancia y el corazón y los grandes miedos y las ideas y la sed y de nuevo el miedo trabajen al unísono mientras yo me inclino hacia la hoja, mien­tras yo me despeño en el papel e intento nombrar y nombrar­me. Aparte de ello no olvido lo correspondiente al lenguaje, ex­presión, etc., materias en las que soy una completa intrusa.

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