20 de Abril de 1958

Suceso sexual con N. Frustrado a causa de mi cansancio, de mi indiferencia. La realización sexual me parece posible en la soledad de mi cuarto, pero llegado el instante de concretarlo en la realidad, el deseo muere asfixiado y sólo queda una gran fatiga y un desolado e inoportuno dominio de mí misma.
Leo el diario de Julien Green. Me recuerda al de Katherine Mansfield en su insistente y agónica lucha contra el ocio del escritor. Ese miedo de morir sin haber escrito «le livre». Hallo en este diario carencia. No obstante, me impulsa, no sólo a continuar escribiendo el mío sino a escribir más poemas y más prosas. Debiera comenzar mi novela. Pero me asusta mi impericia literaria. Mas, ¿cómo adquirirla si no la comienzo? Y necesito recuperar mi infancia, urge detenerla, desenterrarla de su pantano de miedos. Pero pensándolo bien ¿he tenido yo una infancia? No, creo que no. No tengo un solo recuerdo de ella que me permita la más mínima nostalgia. No tengo ni un recuerdo bueno de mi niñez.

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