Domingo, 30 de Agosto de 1959

Lectura de Góngora: bastante penosa. No entiendo la mitad de las alusiones a la mitología. Pero estoy cediendo a la magia de su lenguaje. Después de diez o quince lecturas más me será claro y accesible.
Leer la Biblia.
Góngora: primera lectura.
Escena del joven embebido en la encina mientras las zagalas, paridas por las montañas, cantan y bailan. La dificultad de G. (una de las tantas) es la supresión de referencias de las imágenes. No dice que «esto» es como «aquellos» sino que menciona directamente el «aquello». Su sensibilidad de «gigante de cristal».

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