Martes 27 de Octubre de 1959

Cada vez más obesa. O al menos así lo siento. Fui a ver al dr. R. «Usted es anormal», dijo. «¿Cómo?», dije. «Quiero decir que sufre de las glándulas», dijo.
Ahora tomo unas cápsulas que me afectan los nervios.
He descubierto mi tendencia a conversar de temas obscenos, tratándolos con humor. Como dejando soslayar que participo en terribles orgías sexuales. Debe ser una manera de encubrir mi forzosa o forzada castidad, o lo que fuere. O también, para demostrar que soy absolutamente heterosexual, dado que mi vestimenta bohemia y mi voz ronca pueden hacer pensar en la homosexualidad. Lo cierto es que hablo como una devoradora de hombres. Moi! La pauvre petite.
La pauvre petite tiene que adelgazar. Esto es urgente. Pero ¡Dios mío! Cada vez me asquea más mirarme al espejo. No hago nada.
«Kyo sufría con el dolor más humillante: el que se desprecia experimentar.»

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