28 de Mayo de 1961

He visto en una zanja un dibujo infantil firmado QUI suis-JE? He tratado de leer los rostros en la ínfima porción de ciudad que recorrí esta mañana. He sentido piedad por las caras de los otros y mucha más por la mía reflejada en la ventanilla del autobús. He sentido miedo, temblor en el lugar por donde respiro y no me senté, no me alcancé un vaso de agua, sino que seguí por las callecitas miserables llenas de tachos de basura y de niños que me sonreían y a quienes yo sonreía, pero con un dolor inigualado porque sabía que de nada vale la boca abierta en posición horizontal y los ojos brillantes de simpatía que no protegen de nada, no les han de servir mientras avanzan con sus triciclos entre los tachos de basura. Luego pensé en mi cuerpo, pensé en mis piernas, en mis brazos, en mi penosa manera de respirar, en mi dolor fantasma debajo de cada hueso, muy en lo hondo, muy en lo oculto.

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