22 de Agosto de 1961

A veces soy tan exactamente genial —le dije— que tengo ganas de enterrarme y llorarme tres días. Desaparición de G. Estoy sin amores fantasmas. Por eso este sabor a entierro, este no saber dónde posar los ojos. En busca de un rostro que amar. En busca de la noche del alma, de la sed sin desenlace, del deseo incumplido. Denme rostros mágicos, no perros calientes en la noche tenebrosa. Denme cabezas coradas, ojos de esfinge, persecución inigualada de algo o alguien que no es de ningún mundo.

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