22 de Febrero de 1961

Mi soledad es total, es atroz.

Primera iluminación: no tienes por qué preguntar. Otros más sabios que tú lo hicieron y lo hacen.
Es como si te hubieran invitado. Te mandaron llamar. Naciste. Qué poco es preciso para devenir un desecho, un manojo de frustraciones.
Imagino situaciones horribles para obligarme a actuar. Así la visión de los clochards para impulsarme a trabajar frenéticamente en la oficina (trabajar para no ser como ellos), sin pensar en absoluto en las pocas probabilidades que tengo de devenirlo pues en cualquier momento puedo volver a Bs. As., a mi hogar burgués. Lo mismo el viernes pasado, cuando vi la obra de Brecht y me asusté mucho como si mi caída en el hambre y en la pobreza fueran inminentes.

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