1 de Marzo de 1961

Lo que fue es lo que menos cuenta, al menos ahora, en que el ser se aduerme, cae en el deslumbramiento de sí mismo. Como descubrir que tengo un rostro, par example. Un rostro también yo, también yo tengo un rostro como los otros, a pesar de todo y de todos.
Estoy enferma del corazón. Me dan sedantes. Al fin me he enfermado concretamente. Algo serio, algo con nombre, para mi espera inútil, para mi sinsentido congénito. Por fin bautizaron mi vacío, mi silencio, mi ademán de idiota enamorada del aire.
Hay después lo otro y lo otro, las miles de cosas cotidianas que inauguro en mí cada día, como para ser la sede central de mil actividades que adhiero torpemente a mi circunstancia vital, a mi genial aventura de nacida en este mundo. ¿Pero es que yo nací? Sí, sin duda nací; como cualquier otro ser humano nacido, he aquí que estoy enferma del corazón y me apresuro a garabatear estas notas sin sentido como afirmando alguna continuidad del ser, la existencia de un pensamiento y un lenguaje alejandrinos. Lo demás transcurre en el miedo, allí donde yo habito, en un silencio suspendido entre telarañas y una muerte precoz. Ahora más que nunca la muerte existe, y el remordimiento horrible de no haber hecho, de no hacer —pues aún es tiempo— algo por comprenderlo. Obligación formulada por una voz lejana.

1 comentario:

  1. Precisamente estoy estudiando sus poemas y leer los diarios me ha sido de gran ayuda para entenderla. Gracias por tu blog

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