26 de Enero de 1961
Hoy, cuando el autobús en que viajaba se detuvo, vi por la ventanilla un hombre joven que me miraba con lascivia e interés intelectual. Me angustió y lo miré colérica pero lo miré de nuevo y allí estaba mirándome. Cuando el autobús se puso en marcha asistí asombrada a la apertura de mi rostro que le sonreía hermosamente. Pero cuando no lo vi más me subió el llanto y me dije: «Otro paraíso perdido».
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