31 de Octubre de1960

El cielo ausente, sin nombre. Hubo árboles junto al río. El verde duro de las hojas erguidas. Ramas seguras y para siempre en los troncos mudos. Hubo un agua en bloque, posible de dividir en pequeños ríos sin sentido. Sólo los barcos avanzaban y flotaron. Y ello porque no existían sino en mi memoria.
Visita al Louvre. Admirado de nuevo y de nuevo a Lucas Cranach, los flamencos, los holandeses y los alemanes del siglo xv. Conocido Zurbarán. Amado de nuevo a Vermeer y a de Latour. Desdeñado Rubens y Rembrandt.
Sed sin desenlace. Separada del acto de beber, de saciar. Deseo puro. Ángel bebedor. Sed de todo, de todos.

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